Dado que la protesta social es cada vez más perseguida y penada por los gobiernos federal y estatales (en particular el de Veracruz), organizar marchas y manifestaciones durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe será para los activistas y ciudadanos en general harto peligroso.
Sin ir muy lejos, ayer lunes 27 de octubre en Acayucan, al intentar plagiar a la dirigente del Movimiento Regional de Unidad Popular, Laura Patricia Francisco Silva, uno de sus colaboradores, Juan Aguilera, quiso impedirlo, y recibió por ello seis balazos. Murió en el hospital de Oluta. El levantón en cuestión fue para advertirle a la lideresa que ni se le ocurriera hacer protesta durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014. Ni ella ni nadie. Saquen sus cuentas.
Por ello, a quienes quieran protestar y mantener su integridad física, aconsejo el boicot hormiga, para siquiera hacer quedar más mal a las autoridades veracruzanas, que todos los días nos quedan mal a los veracruzanos.
He aquí unos tips:
> Ensuciar las calles. Mucho. A partir del 14 de noviembre, olvidar la etiqueta, no sólo sacar la basura después de que pase el camión, regarla por todas partes, desde los autos, en los camellones y, sobre todo, afuera de las sedes deportivas y los hoteles que alberguen a los atletas.
> Emborracharnos todos los días en las cantinas locales. Nadie es más impertinente que los borrachos y los amigos impertinentes. Ya tomados, salir a las calles a hacer desfiguros, encuerarse, vomitar en el palacio de gobierno y así.
>Fodonguear. Hay que vestirnos mal por decisión. Salir al trabajo en sandalias, shorts y playera sin manga y, si hace frío, en pantunflas, piyama y envueltos en la cobija. Buscar que los colores del atuendo no combinen, usar cinturón café con zapato negro, qué sé yo, alóquense.
> Cada que veamos a alguien que parezca atleta, tirarles el calzón de una manera burda o literal. Gritarles cosas y piropos groseros desde la otra banqueta, comportarnos soeces y como si tuviéramos todo el derecho de decirles lo que se nos ocurra y aún así esperar que les agrade, y si no le agrada, pues qué pupurufochingatumadre. Si sólo tiene el look de deportista, propongo una clave que haga las veces de safe word: NTESV: No Te Esfuerces, Soy Veracruzano.
> Hacer lo contrario. Ser demasiado hospitalarios. Invitar a los atletas centroamericanos y caribeños a comer en la casa, a ver películas, no dejar que se vayan, ofrecerles un tequilita, un mezcalito, otra chilito relleno, come mijito que estás muy flaco. Indignarse si no quieren quedarse a dormir con nosotros en nuestras camas.
> En los estadios gritar porras racistas, homofóbicas, misóginas, misántropas y xenofóbicas, sobre todo cuando suenen los himnos de otros países. Lo hicimos en Brasil, podemos hacerlo en casa. Que esos sudacas piensen que somos la gente más fea que hay.
Para los que trabajan en restaurantes y hoteles que tendrán contacto con los atletas, propongo:
> Echarles cosas en sus alimentos. No escupitajos y eso, sino esteroides. Poner cocaína en los saleros y anfetaminas en el agua. Cosas que los hagan ver mal en el antidoping.
> Robarles sus calzones o untarlos con chile habanero. Bueno, mejor nomás robarles sus calzones.
> A los atletas morenitos de ésos que resaltan mucho cuando te los topas en Chedraui, pedirles autógrafos, tomarse fotos con ellos y luego decirles que nos gustó mucho su actuación en Hombres de Negro.
> Esconderles su equipo o uniformes. De ser posible, poner uno igual pero de diferente talla: esto podría lograrse con los atletas de una misma delegación, al intercambiar la ropa. Esperar los cómicos resultados.
Bonus tip
Incorporar en nuestros insultos e interjecciones cotidianos a los funcionarios.
*se golpea el dedo chiquito del pie en la pata de la cama*
–¡Me lleva la mamá de Duarte!
Se aceptan sugerencias.
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