A los medios oficiales (Televisa, todos
los periódicos y estaciones de radio de la OEM, El Universal et
al.), a los pseudoperiodistas pagados por el gobierno y de sí
mismos, a los noticieros que son en realidad voceros del presidente,
a todos ellos, que son un tentáculo más del gobierno, un tentáculo
resbaloso, lleno de lodo, que escupe a todos y ensucia todo; que
creen que no forman parte del pueblo, que desde sus escritorios, sus
estudios, sus foros, palacios de cristal, creen que no les afectarán
las reformas, la represión, la imposición, que se creen exentos de
todo mal proveniente de palacio nacional; que son apologistas del
Estado, de la violencia, que viles atacan al pueblo, llenan de
mentira las ondas radiales, los estanquillos, las pantallas de
televisión, que con su veneno persiguen la agenda impuesta por el
gobierno contra los gobernados; que insultan la inteligencia del
respetable al defender lo indefendible contra toda lógica y sentido
común; a los que prefieren defender las cosas y no a las personas,
que buscan apagar la ira del pueblo y justifican la violencia del
gobierno con argumentos torcidos y engañosos –los mismos de
siempre–, a los que no admiten otra versión mas que la suya; a los
que mienten, que dicen que los manifestantes fueron “miles” o
incluso “cientos”, que aconsejan no salir a las protestas si no
quieren salir golpeados, a los que se quitan la máscara y
descarados, sin afán de disfrazar, atacan al pueblo, a todos ellos,
les digo: vayan y chinguen a toda su reputa madre.
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